NUEVA YORK, Estados Unidos. El 18 de noviembre, la aerolínea estadounidense de bajo coste Espírit anunció que se ha acogido oficialmente al Capítulo 11 de bancarrotas en Nueva York debido a su complicada situación financiera donde enfrenta deudas estimadas entre US$1.000 millones y US$10.000 millones, según documentos judiciales.
Esta declaración de quiebra, que si bien por el momento no afecta su operación total, podría conllevar ajustes importantes en sus vuelos y afectar así rutas clave entre Estados Unidos, el Caribe y América Latina.
Primero que nada, es importante recordar que Spirit es una de las opciones más económicas para conectar con Estados Unidos desde Latinoamérica. Sin embargo, este formato de bajo coste ha generado muchas críticas entre sus usuarios debido a la mala experiencia a bordo de sus vuelos. Un duro golpe para la reputación de la aerolínea.
Rutas América Latina
Sus rutas hacia República Dominicana, Puerto Rico, Colombia y, en general, los destinos turísticos más importantes del continente se han convertido en una puerta de entrada a la región, por lo que el sector turístico podría verse afectado tras la reducción de vuelos que ya han comenzado a producirse en los últimos meses.
En este sentido, hay que recordar que el principal mercado de Spirit son los turistas que buscan ahorrar en los costes de sus viajes para tener más dinero en su destino. Por tanto, menores frecuencias suponen una disminución en el número de llegadas de turistas y, en consecuencia, una disminución de los ingresos de la industria local de cada destino.
Esto genera incertidumbre sobre el impacto que las medidas operativas adoptadas por la empresa durante su proceso de reestructuración podrían tener en el mercado turístico de América Latina y el Caribe. Sin embargo, es importante señalar que por el momento no se conocen detalles sobre posibles cambios en las operaciones de la aerolínea.
Cabe señalar que la quiebra de Spirit se produce tras el fracaso de la fusión con JetBlue Airways, valorada en 3.800 millones de dólares y rechazada judicialmente. Asimismo, la creciente competencia en la industria aérea de Estados Unidos ha afectado significativamente a la aerolínea de bajo coste.
La empresa explicó que ya había llegado a un acuerdo con la mayoría de sus acreedores para reestructurar su deuda y que seguiría una estrategia en la que los actuales tenedores de bonos tomarían el control de la empresa a través de una deuda de 795 millones de dólares en acciones.
