LIMA, Perú. La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional que operan en el Perú (AETAI), expresaron sus renovadas preocupaciones ante los desafíos que enfrenta el sector en el Perú, entre ellos la prevista apertura de la nueva terminal en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (AIJCH).
Estas cuestiones fueron destacadas por representantes de la industria durante una reunión con el Primer Ministro, el Ministro de Transportes y Comunicaciones y el Ministro de Comercio Exterior y Turismo que tuvo lugar luego de que el aeropuerto de Lima se viera obligado a cerrar temporalmente debido a una iluminación de la pista.
En pocos meses se volvió a solicitar a las autoridades priorizar el transporte aéreo como política de Estado, centrándose en particularmente sobre la operación de AIJCH y el potencial aumento de las tarifas aeroportuarias, que sería perjudicial para los usuarios y la competitividad.
Garantizar una transferencia exitosa de operaciones a la nueva terminal debe ser la máxima prioridad de todas partes interesadas en el proyecto. De ahí la oposición del sector a la fecha de apertura propuesta el 18 de diciembre de 2024, que cae justo al comienzo de la temporada alta de viajes de vacaciones de fin de año.
Lima Airport
«Es contraproducente para Lima Airport Partners seleccionar una fecha tan cercana a la temporada alta de viajes. Manejar un volumen tan alto en un nuevo entorno operativo plantea una variedad de riesgos, lo que dificulta aerolíneas puedan brindar la mejor experiencia a sus clientes”, comentó Carlos Gutiérrez, director general de AETAI.
La operación de la nueva terminal en 2024 supondrá un incremento de los costes para los usuarios, tanto para los pasajeros y aerolíneas. Por eso pedimos que los errores de administraciones pasadas, que sólo beneficiaron a Lima Airport Partners (LAP), se corregirá en el marco de las actuales negociaciones del octavo adenda al contrato de concesión.
Triplicar el alquiler de instalaciones esenciales, como oficinas operativas o mostradores de facturación ya ha sido propuesto. Un mayor aumento de los costes podría producirse ya en 2027, cuando, según la modelo económico de su contrato de concesión, LAP comenzará a recuperar los cerca de US$ 2 mil millones inversión a través de tarifas de servicios aeroportuarios pagadas por pasajeros y aerolíneas. Incluso la entrada en funcionamiento
del nuevo aeropuerto en 2024 podría generar un aumento adicional de tasas y tasas.
Por lo tanto, las autoridades deberían reconsiderar el porcentaje que LAP debe pagar al Estado, que actualmente representa el 46,511% de sus ingresos brutos totales. Para beneficio de todos, es necesario evaluar el impacto económico-financiero de la concesión.
Las tarifas
De manera similar, la tarifa de pasajeros en tránsito que se otorgó a LAP en 2015 para la nueva terminal debería revertirse, ya que, además de aumentar los precios a los viajeros, reducirá la competitividad de el aeropuerto, versus otros hubs de la región como El Dorado en Bogotá o Tocumen en Ciudad de Panamá.
Es importante tener en cuenta que, a diferencia de la mayoría de los países latinoamericanos, la aviación comercial en el Perú aún no se ha recuperado de la crisis que comenzó con la pandemia (durante la cual no recibió cualquier tipo de ayuda) y continuó con los conflictos sociales y políticos, situándose en un -4,9% respecto al nivel de conectividad que tenía en 2019. Por el contrario, Colombia, República Dominicana y México
ya superó sus niveles de tráfico de 2019.
«Dada la importancia del turismo y la conectividad aérea para el Perú, el gobierno debe hacer que el aire prioridad el transporte, apoyando a su vez el desarrollo socioeconómico del país y sus población. Lo que hemos vivido y seguimos viviendo con la ampliación del aeropuerto de Lima – 15 años de retraso que ya ha distorsionado los precios, falta de coordinación y transparencia, además de un posible aumento sustancial de las tarifas- es algo que no puede continuar. Sin embargo, el La industria siempre seguirá comprometida a trabajar en colaboración con todas las partes interesadas, pero las necesidades del sector debe tenerse en cuenta, especialmente si el objetivo es proporcionar la mejor calidad posible; experiencia tanto para viajeros como para transitarios”, concluyó Peter Cerdá, vicepresidente de IATA para las Americas.