Estados Unidos. Airbus aspira a que los aviones propulsados por hidrógeno entren en servicio en 2035. Si bien el progreso de ingeniería necesario para que esto sea una realidad ya está en marcha, hay una segunda mitad del desarrollo, igualmente fundamental, que debe avanzar al mismo tiempo: el creación de un ecosistema global de hidrógeno.
El hidrógeno es una de las fuentes de energía más prometedoras que hay para descarbonizar los procesos industriales. Su uso produce emisiones de dióxido de carbono prácticamente nulas y, al fabricarse a partir de energías renovables (el llamado hidrógeno verde), su huella de carbono es prácticamente nula.
Se espera que el costo del hidrógeno verde disminuya significativamente a medida que se acelera la producción a gran escala para satisfacer las crecientes necesidades de descarbonización de muchas industrias, aplicaciones y usos diferentes en todo el mundo.
Las previsiones independientes de la Agencia Internacional de Energía (AIE), la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) y McKinsey predicen que la expansión de la producción en todas las industrias reducirá significativamente los costes.
Airbus ha presentado cuatro conceptos diferentes de aviones propulsados por hidrógeno y ha anunciado el objetivo de que uno de ellos entre en servicio en 2035. y la distribución de hidrógeno en los aeropuertos es igualmente importante para el éxito del programa.
Distribución roja
Con esto en mente, Airbus fundó la red Hydrogen Hubs at Airports, una iniciativa colaborativa en la que la empresa une fuerzas con aerolíneas, aeropuertos, socios industriales, proveedores de energía y espalitorios en tecnología para responder algunas preguntas principales: ¿Qué impacto tardará en ¿La infraestructura de operación de aeronaves impulsadas por hidrógeno en los aeropuertos? ¿De dónde producirá el hidrógeno producido a partir de energías renovables? ¿Y cómo se distribuirá dentro de la región?
Para definir las respuestas, Airbus y sus socios están investigando la viabilidad de la aviación propulsada por hidrógeno en términos del desarrollo de un ecosistema de instalaciones, operaciones terrestres y transporte descarbonizado en aeropuertos de todo el mundo. Este enfoque de 360 grados va más allá del aeropuerto y tiene en cuenta otros factores importantes, como dónde y cómo se produce el hidrógeno verde, el coste y la logística del suministro y almacenamiento del hidrógeno, y qué tipos de gasoductos y redes de distribución de larga distancia podrían ser necesarias.
El primer reto que hay que confrontar es la producción de hidrógeno. El hidrógeno verde o renovable se produce mediate la electrólisis del agua alimentada con electricidad renovable o baja en carbono. Es el método de producción con menor huella de carbono y el que debe emplearse para cumplir el objetivo de descarbonizar la aviación. El hidrógeno renovable se produce primero en forma gaseosa y luego se licúa según sea necesario. Estos pasos pueden realizarse en la misma instalación o en instalación separada.
Una vez producido el hidrógeno, es necesario transportarlo. Se han evaluado varios escenarios para abastecer a estos aeropuertos con hidrógeno líquido, teniendo en cuenta la eficiencia operativa y de costes. Para una menor demanda, el hidrógeno ya se puede transportar en forma líquida en camión, e incluso en barco (se están desarrollando de prototipos de buques cisterna).
Para altos niveles de demanda de hidrógeno, una solución económica consiste en utilizar y reutilizar las redes de oleoductos existentes en Europa y Estados Unidos que podrían transportar eficientemente grandes cantidades de gas hidrógeno a largas distancias entre el centro de producción y el aeropuerto. El proceso de licuefacción se llevaría a cabo entonces en el aeropuerto o cerca de él.
Los gasoductos de gas existentes podrán transportar hidrógeno sin necesidad de grandes modificaciones, y existen planes ambiciosos tanto en Europa como en América del Norte para construir nuevas redes de oleoductos de hidrógeno. Por ejemplo, en Europa, la iniciativa European Hydrogen Backbone es un plan maestro para una red continental de infraestructura de hidrógeno.