A principios de 2020, antes de que el COVID-19 arrasara el mundo y cerrara la industria aérea, la fábrica de Boeing en Renton (Washington) se paralizó.
La última versión del avión comercial más vendido del fabricante, el 737 MAX, llevaba nueve meses en tierra tras dos accidentes mortales, y los aviones terminados que no se podían entregar se acumulaban alrededor de la fábrica, e incluso los aparcamientos de los empleados de las instalaciones de Boeing en el área de Seattle servían de almacén para los aviones. La fábrica tendría que tomarse un respiro hasta que se pudiera liberar más espacio.
Tras el que posiblemente sea el escrutinio más intenso al que se ha sometido un tipo de avión por parte de los reguladores, el 737 MAX fue recertificado por la FAA en diciembre de 2020. Desde entonces, incluso con la pandemia en curso, las cosas han sido muy diferentes en Renton.
El MAX se ha convertido en un avión de trabajo en las flotas comerciales de todo el mundo. Desde la recertificación, más de 630 aviones MAX en servicio con unas 45 aerolíneas han volado más de 1,5 millones de horas combinadas, según el vicepresidente senior de Boeing, Mike Flemming, con más de 600.000 vuelos totales realizados.
Es probable que estas cifras aumenten exponencialmente a medida que Boeing se esfuerza por aumentar la producción de la aeronave para satisfacer la creciente demanda de las aerolíneas y de los clientes de arrendamiento de aeronaves.
Boeing está tratando de conseguir un ritmo de producción constante de 31 nuevos aviones al mes, lo que supone un descenso con respecto al máximo de 52 alcanzado en abril de 2020, pero un aumento notable con respecto a los ritmos deprimidos de la época de la pandemia, y un reto dada la escasez de mano de obra y la interrupción de la cadena de suministro en toda la economía mundial.
TPG tuvo recientemente la oportunidad de visitar la fábrica y ver la producción en funcionamiento.
La fábrica de Renton es donde Boeing produce todos sus modelos de fuselaje estrecho, incluidos los derivados militares como el P-8 Poseidón, un 737-800 modificado que funciona como avión de reconocimiento. En el pasado, Boeing también construyó el 707, el 727 y el 757 en Renton.
En Renton se han construido más de 14.500 aviones comerciales.
Recorrimos algunas de las líneas de producción, no toda la fábrica, y vimos unos cuantos aviones 737 MAX en diferentes fases de terminación.
La fábrica de Renton es donde se ensamblan los aviones, pero los diferentes componentes se construyen en todo el mundo. El fuselaje, por ejemplo, lo construye Spirit Aerosystems en Witchita (Kansas) y se envía a Renton en tren. Después, los trabajadores de Boeing unen las alas, la cola, los motores y otras partes del avión, antes de instalar todo lo demás, como los sistemas de control y el cableado.
La producción en Renton incluye todos los modelos del 737 MAX: el -8, el -8-200, más denso y de mayor capacidad, encargado por la aerolínea europea de bajo coste Ryanair, el -9, y las dos nuevas variantes que aún están en proceso de certificación por la FAA, el -7, más pequeño pero de mayor alcance, y el -10, más grande.
En particular, también vimos algunos aviones destinados a aerolíneas estadounidenses. American, United, Southwest y Alaska operan con el MAX dentro de EE.UU., y durante la visita vimos aviones para todas ellas excepto American.
Al día siguiente de la visita, volé a Phoenix para una entrevista individual con Bob Jordan, director general de Southwest. Habiendo visto el día anterior la construcción de varios aviones de su aerolínea, y sabiendo que Southwest está esperando ansiosamente que el 737 MAX 7 reciba la autorización de la FAA, le pregunté a Jordan sobre los aviones.
Me dijo que, por mucho que la aerolínea esté interesada en el avión MAX más pequeño, está trabajando con Boeing para que todo fluya mientras tanto. Entre otras cosas, eso ha supuesto recibir los aviones 737 MAX 8 encargados durante las franjas de entrega que originalmente estaban destinadas a los MAX 7 (Southwest aceptará esos aviones MAX 7 una vez que se autorice el avión durante las franjas de entrega originalmente previstas para las unidades MAX 8).
«Nos mantenemos muy cerca de Boeing porque el MAX es un gran avión, y punto, 7 u 8», dijo Jordan. «Boeing está siendo un gran socio».
«Ya tenemos acuerdos hasta 2023 para [intercambiar las entregas del -7 y el -8]», añadió. «Al final, tendremos el -7, es un gran avión».
No está claro cuándo alcanzará Boeing su producción de 31 aviones al mes, ni cuándo podrá ampliarla.
En cualquier caso, las compañías aéreas siguen encargando los aviones y esperando sus nuevas flotas. Por el momento, las instalaciones de Boeing en Renton vuelven a funcionar.
