Samaná. El avistamiento de ballenas jorobadas en las aguas que conforman la Bahía de Samaná es, desde hace décadas, una de las principales actividades turística de la zona, pero están en peligro por los efectos de la contaminación sónica.
Para la próxima temporada de ballenas, es decir entre los meses de diciembre y abril, las autoridades esperan la llegada de 80 cruceros repletos de turistas interesados en ver a los enormes cetáceos en hacen un espectáculo en el Santuario de las Ballenas Jorobadas, único en la región.
El evento, que es una de las principales apuestas del turismo en la provincia y genera una dinámica económica en la provincia, ya que cada turista gasta en promedio US$75 dólares, hoy se ve amenazado por los altos niveles de ruido provocados en los recorridos irregulares de observación.
Esta contaminación por ruidos no sólo pone en peligro a los animales, sino que puede dejar sin trabajo a cientos de samanenses que viven del turismo, indica un informe ejecutivo de un estudio elaborado por especialistas con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID).
El estudio se titula “Evalución del Impacto Acústico del Impacto Potencial del Tránsito Marino en la Ocurrencia de Ballenas Jorobadas en la Bahía de Samaná, encabezado por los doctores Catherine Berchock y Phil Clapham. Se realizó durante la temporada de ballenas de 2009.
“El análisis acústico sugiere que los adultos machos responden a la presencia de los cruceros acortando sus canciones y omitiendo frases de canciones, de manera que se evidencia un impacto en el comportamiento de estos animales”, explica.
El estudio incluyó a las pequeñas embarcaciones que participan de la observación, así como a otros elementos que producen sonidos antropogénicos en las aguas marinas.
Estos sonidos, según los especialistas, compiten con la comunicación sonora de las ballenas jorobadas, y además se mantienen afectando el entorno durante toda la temporada de reproducción de los mamíferos.
Esta situación ha generado preocupación en amplios sectores de Samaná y las autoridades del Ministerio de Turismo, quienes se aprestan a tomar medidas para evitar que se afecte el turismo de cruceros.
La provincia de Samaná es el principal destino turístico dominicano de cruceros; en el 2009 recibió 81 cruceros con 164,291 turistas, y este año se espera que las cifras superen las del año anterior.