Australia. Las autoridades de este país desvelaron un plan financiado con 700 millones de dólares (1,000 millones de dólares australianos) para proteger la Gran Barrera de Coral y evitar que este enorme arrecife sea retirado de la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
“Estamos respaldando la salud del arrecife y el futuro económico de los operadores turísticos, los proveedores del sector hotelero y las comunidades de Queensland que están en el corazón de la economía del arrecife”, dijo el primer ministro conservador Scott Morrison.
Este programa a nueve años llega meses después de que el gobierno australiano evitara por poco que la Gran Barrera fuera incluida por la UNESCO en la lista de patrimonio “en peligro” debido al deterioro del ecosistema provocado por el cambio climático.
También se anuncia a escasos meses de las elecciones generales en mayo, en las que Morrison tendrá que ganar el estado de Queensland, cercano al arrecife, si quiere mantenerse en el poder.
Cuando Naciones Unidas amenazó previamente en 2015 con degradar la clasificación de la Gran Barrera, Australia creó el plan “Arrecife 2050” y desvió miles de millones de dólares a su protección.
Se considera que estas medidas han frenado el ritmo de deterioro, pero gran parte del mayor ecosistema de coral del mundo ya está dañado.
Un estudio reciente indicó que un 98% del arrecife se ha visto afectado por blanqueamiento desde 1998.
El respaldo gubernamental a la industria del carbón y su reticencia a abordar el cambio climático han provocado una pérdida de apoyo del partido en ciudades y ha propiciado la aparición de una serie de candidatos independientes centrados en la cuestión ecológica.
Víctimas de desastres como incendios, sequías o inundaciones, los australianos están abrumadoramente a favor de limitar el cambio climático. Una encuesta de 2021 del Instituto Lowy de Sídney demostró que un 60% consideraba que “el calentamiento es un problema grave y acuciante”.
Ocho de cada diez australianos apoyan el objetivo de neutralidad de carbono fijado para 2050 y que el gobierno aprobó reticente antes de la cumbre climática de Glasgow el año pasado.
Australia, uno de los mayores exportadores de gas y carbón, depende económicamente de los combustibles fósiles. Además, sus partidos políticos reciben importantes donaciones de estos sectores. AGENCIAS