El 1 de mayo de 1928, el encargado de colonización del Sector Sur (Pedernales), conocido escritor Arístides Sócrates Henríquez Nolasco (Sócrates Nolasco) narró al periódico Listín Diario el conflicto por el robo de ganado, las promesas a las familias seleccionadas sobre magníficas condiciones del proyecto, la garantía de las mejores posiciones, las excelentes perspectivas y les convencieron sobre la conveniencia patriótica de proteger la frontera.
El nativo de Enriquillo, antigua villa de Petit-Trou, Arístides Sócrates Henríquez Nolasco (Sócrates Nolasco), hijo del general Manuel Henríquez y Carvajal y de la maestra Juliana Nolasco, estuvo en la función desde mayo de 1927, hasta febrero de 1928.
Al salir, dejó en sabana Juan López unas 50 casas con cocina y letrina adentro; dos escuelitas, un horno para hacer pan, un mercado público, un potrero para crianza de animales por cada familia, depósitos para guardar los equipos usados en la colonización y una iglesia católica que evitara que los niños fuesen bautizados e inscritos en Haití.
Nacía así el poblado Pedernales. La casona de dos pisos del administrador de la colonia estaba ubicada en la actual calle 27 de febrero esquina Genaro Pérez Rocha.
La provincia fue fundada el 1 de abril de 1958 mediante la ley 4815 del 16 de diciembre de 1957 promulgada por el presidente Héctor Bienvenido Trujillo Molina. Cumplirá 65 años el próximo mes. https://www.consultoria.gov.do/Consulta/Home/FileManagement?documentId=3291145&managementType=1.
El diálogo de hace 95 años adquiere coyuntura en vista de la grave crisis económica, política, social e institucional que sufre el pueblo del oeste de la isla, ahora bajo el dominio de pandillas criminales. Y de una provincia con deseos de vibrar por el impulso del proyecto de desarrollo turístico que ejecuta la gestión de gobierno actual.
Según Nolasco, el gobierno de Horacio Vásquez (1924-1930) agilizó la colonización ante rumores y propaganda sobre pretensiones de sectores haitianos de quedarse con tierras dominicanas más allá de los límites fronterizos.
Conforme su opinión, en Haití hablaban de un arreglo que dejara de su parte la islaP Beata, con las ricas zonas pesqueras entre Cabo Falso y Rincón, y los “fragosos terrenos que van desde Sansón (sabana donde ahora se construirá el aeropuerto) hasta Pedernales, por donde pastan abundantes cerdos y cabras silvestres y vacas de dominicanos´´.
Dijo que en Santo Domingo y Haití se habló una zona neutral, aislador que impondría y mantendría bajo su amparo la nación protectora.
Ante tal situación, reveló que el secretario del Departamento de Agricultura e Inmigración, Rafael Espaillat, le llamó para asignarle tal tarea, que él comenzó el 11 de mayo del 27. La decisión del Gobierno había sido tomada en abril.
El sitio escogido
El lugar para edificar el caserío estaba plagado de bayahondas y guasábaras, contiguo a la estéril sabana de Juan López, a 1000 metros del río y 700 del mar.
De acuerdo a Nolasco, la ubicación sobre la misma línea divisoria el paludismo hubiese diezmado a los habitantes. Igualmente hacían insalubre el terreno más próximo del mar, dos o más lagunetas o charcas.
La ruta del mar
Estimó que Pedernales dista de Enriquillo no menos de 100 kilómetros. Está separado de Duvergé por la abrupta cordillera del Baoruco, y su mejor camino, por ahora, es el mar.
Inconvenientes
Contó que gran parte de la madera para la construcción de las casas fue llevada de lejos y casi todas las provisiones para los trabajadores procedieron de Santo Domingo y Barahona.
A pesar de todo, aseguró que en agosto quedaron construidas hasta 50 casitas techadas de zinc con su cocina y letrina cada una. Además, una casa escolar, que resultó pequeña y fue necesario construir otra; una iglesia católica que evitara que los niños fuesen bautizados e inscritos en Haití (como resulta en otros puntos de la frontera); un horno para pan, un mercado público, un depósito para los instrumentos utilizados en la colonización, materiales destinados a las demás colonias en proyecto, así como un potrero para manutención de animales.
Las familias
Según el encargado de la colonización, fue necesario ir a la provincia (Independencia) para iniciar un proceso de sensibilización sobre la conveniencia patriótica de poblar la frontera, los beneficios que recibirían las familias, las magníficas perspectivas y la seguridad de que ocuparían las mejores posiciones. Les dijeron que tendrían casas cómodas, cada familia sería dueña de 25 tareas de tierra para el cultivo de frutos menores, y agua para irrigarlas, así como gallinas, cabras, novillos de vacas, maestros para sus hijos, barcos para el transporte de los productos, libres de flete.
Incidente
Refiere que, mientras él reclutaba familias y, en ausencia del “pundonoroso teniente Jiménez, de la Policía, ocurrió algo inesperado que apagó la naciente animación. Una cuadrilla de ladrones haitianos arreaba, de cuando en vez, por apartadas veredas, caballos y mulos que cogían de nuestros pastos libres y hacía pasar hacia el otro lado. Más tarde desparecieron dos de los ladrones y más tarde se encontraron separados los troncos de las cabezas”.
Criadores dominicanos que habían perdido 27 vacas, unos, otros, y 40, otros, fueron acusados y llevados a Barahona. Pero no había pruebas de quienes eran los homicidas. Ante este panorama, los ofrecimientos que el encargado de la colonia hacía en Duvergé fueron objetados por los jefes de familias.
Según el encargado de colonización, decían: “El gobierno lo manda a usted a ofrecernos chivos y gallinas y consienten que nos roben vacas… Nos rodea de garantía de los intereses que constituyen la avanzada de la colonización y, sin pruebas de ser autores de un linchamiento, reduce a prisión a hombres honrados que moralmente están autorizados a hacer respetar sus intereses. Y si ahora, que su interés es más vivo, no protege las propiedades actuales, ¿debemos aceptar como buenas las promesas que nos hacen?”.
Afirmó que costó trabajo reanimar la fe, pero, antes de terminar el año, quedó habitado Pedernales y fue entregada a cada familia su parcela de tierra con agua para su riego.
Además de frutos menores, las familias se dedican a cultivar café “en las faldas feraces del Baoruco”.
Pesqueras de Cabo Falso y Rincón
Explicó que las riquezas son incalculables y pertenecen a la colonia refirió el entrevistado. Santo Domingo ignora esa fuente producción. En forma rústica la explotaban siempre los haitianos. La colonia de Pedernales impuso respeto sobre esos lugares. Pescan los dominicanos. Toneladas de peces pueden pescarse diariamente. Un maestro enseña a la colonia a preparar pescados secos, en forma de bacalao; ahumados en forma de arenque, y en salmuera, en forma de macarela.
El banano y Cabeza de Agua
Informó que, para colonizar esos lugares, se edificó menor cantidad de casas y luego de entregar los trabajos al general Braudilio Féliz, hizo un viaje de propaganda y selección de familias para la nueva colonia asentada en terreno fértil.
Media entre Pedernales y El Banano una distancia como de 14 kilómetros, y de El Banano a Cabeza de Agua, una como de dos kilómetros. El terreno es por allí muy accidentado.
No se encontró, siguiendo la línea fronteriza de Aranjuez, llano adecuado y próximo donde establecer la segunda colonia. Desde Cazurdo se remonta el río por una cañada a trecho profunda y por sus márgenes, indistintamente, va el camino. Haitianos y dominicanos podrían prescindir de ese camino sin costo y haciendo difícil el trayecto.
Los haitianos, por instinto u obedeciendo a un plan, desde Cazurdo, en todo el litoral, han escalonado todas sus viviendas. No debieron los dominicanos alejarse del camino para edificar las suyas, ni refrescar la vieja trocha que se hizo cuando el gobierno de Cáceres, abandonando el camino común a los haitianos.
Querían fortalezas
Opinó que algunos dominicanos creían que era necesario construir una fortaleza en cada colonia, pero que el gobierno entendió innecesario hacerlo en tan distantes lugares para controlar a los extraños que superpueblan el territorio en excesivo número.
Conforme su apreciación, en la educación que se haga adquirir a los habitantes fronterizos y en la confianza en sí mismos y en el destino de la República, estribará la principal fortaleza, ya que las fortificaciones de otra índole no dejarían de ser precarias en improbables momentos conflictivos y a tan gran distancia.
Sócrates Nolasco murió en Santo Domingo el 2 julio de 1980, a los 96 años. Entre sus obras destacan: Cuentos del Sur y La ocupación militar de Santo Domingo por Estados Unidos de América (1916-1924).
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