A tan sólo unas horas después de la conmemoración del Día Internacional de la Educación Vial, República Dominicana vivió una tragedia por el catastrófico accidente de tránsito ocurrido el pasado jueves en la autovía Coral del Este.
De esas noticias virales que le hacen un flaco servicio al gran trabajo que ha logrado el sector del turismo, hace apenas unos días celebrábamos la llegada de 430, 129 turistas al país durante el mes de septiembre, convirtiéndose en una hazaña muy a pesar del paso del huracán Fiona por uno de los polos turísticos más importantes del país.
Es casualmente en esa localidad, específicamente en la autovía donde se produjo el fatídico evento que reporta tres personas fallecidas y 48 heridos con lesiones que van de leves a complejas, por la alegada imprudencia del conductor del autobús que trasladaba a unos 50 turistas. Esta tragedia enluta y deja al descubierto una vez más lo que las estadísticas denuncian cada año, República Dominicana se mantiene en la lista como uno de los países con más muertes por accidentes de tránsito.
Hoy perdió Argentina, Perú y Chile un ser querido, la irreparable pérdida de una muerte que se pudo evitar, y aunque se están haciendo las pesquisas de lugar el video compartido evidencia que la velocidad a la que iba el autobús al tomar la salida fue la causante de que el vehículo se volcará dejando al descubierto que fue un accidente por mal manejo.
Un porcentaje muy alto de los accidentes de tránsito son provocados por los excesos de velocidad y este caso al parecer no fue la excepción. Ya está bueno de querer justificar lo injustificable, a eso hay que sumarle que los neumáticos no estaban en las mejores de las condiciones y así no podemos creer que vamos avanzado.
Lo que sería un viaje de placer terminó siendo una pesadilla que puso fin a la vida de tres damas y que dejará traumatizados a una buena parte de los que tomaron ese autobús para disfrutar de unas merecidas vacaciones y que se convirtió en un viaje que los puso cara a cara con la muerte.
Ahora toca asumir responsabilidades y enmendar errores tan nefastos como estos y entender que tener un guía en la mano nos pone a prueba cada día para llegar sanos a casa, practicar la cortesía a la hora del manejo, tener la paciencia de Job y ponernos en manos de Dios a que nos acompañe en el trayecto.
No quiero despedir este escrito sin expresar y extender mi más sentido pésame a los familiares de las víctimas y destacar que no todo fue malo, también vimos a ciudadanos hacer todo lo posible para sacar sanos y salvos a los atrapados en el autobús y es que cabe resaltar que si hay algo que tenemos los dominicanos es nuestro elevado sentido de la solidaridad. Síguenos a través de @wendycmora