Opinión

Santo Domingo. Está en aumento el interés por el turismo urbano, como modalidad a explotar en nuestro país. Es así, quizás, por la atención mediática al proyecto de la Ciudad Colonial, o por el gastado discurso de promesas turísticas nunca cumplidas del alcalde del Distrito Nacional, Roberto Esmérito Salcedo Gavilán, o por el esfuerzo de Santiago para convertirse en destino turístico, o por el interés de Puerto Plata en ser atractiva para los visitantes que traerán los cruceros de Cárnival.
Este afán por convertir nuestras ciudades en destinos turísticos, debe analizarse a partir del siguiente principio: Para que una ciudad sea amigable y atractiva para los turistas, primero debe ser acogedora para sus habitantes. 

NEW YORK, Estados Unidos. Para los que laboran en el sector turismo es de conocimiento el término OPT, iniciales de  las Oficinas de Promoción Turísticas en el extranjero, sin embargo, es de pocos conocidos la importancia que tienen estas oficina para el desarrollo del turismo dominicano, sobre todo en los últimos diez años.

La primera  OPT fue creada en 1975 con el auspicio de  la  Gulf and Wester y  el consentimiento del gobierno dominicano, bajo el nombre de Dirección de Información Turística, la oficina tuvo su sede  en Manhattan NY. En 1979 cuando la Dirección de Turismo  se convierte en  Secretaría esa oficina pasa a ser un órgano oficial de la institución.

Fue nombrado como primer director  de esa oficina el  extraordinario y estratega comunicador  Ellis Pérez, quien se mantiene en el cargo hasta 1981 cuando  fue nombrado Secretario de Turismo; la dirección específica era avenida Madison  esquina calle  52 en Manhattan.

La función principal de las OPT es, como su nombre lo indica, promover la República Dominicana como un destino turístico en todos los países posibles, es por esta razón que en las principales naciones emisores de turistas a República Dominicana existen oficinas, como son Alemania, Francia, Inglaterra, Italia, España, Rusia, Bélgica, Dinamarca, República Checa y Suecia.

A la llegada de Francisco Javier García al Ministerio de Turismo, para esa ocasión Secretaría de Estado de Turismo, su principal tarea fue curar las heridas abiertas por el funcionario que reemplazó entre el gobierno y el sector privado. Fue un trabajo efectivo, donde el nuevo funcionario dejó establecido y bien claro que para avanzar en materia de turismo debían ir unidos de las manos.

En cada una de las reuniones y encuentros que Francisco Javier realizó, aun después de conocer a fondo el sector y teniendo una idea precisa de su importancia para la economía dominicana,  hacía hincapié  en que no existía  un sector público y un sector  privado. “Existe un solo sector”. Predicó todo el tiempo.

 Esto es, sin lugar a duda, la base fundamental del éxito en la gestión de Gracia desde el 2008, momento en que la crisis mundial azotaba con fuerza las principales potencias y como consecuencia el resto del mundo.

Santo Domingo. El proyecto para el desarrollo turístico de Pedernales es la primera gran prueba para la política turística del gobierno del presidente Danilo Medina. En cualquier otro lugar del país con los atractivos necesarios, un plan similar a este sería tan fácil como esparcir la mantequilla en pan caliente.
Además de las exigencias propias de una iniciativa como esta, deben resolverse obstáculos complejos. El primero es el litigio sobre la propiedad de los terrenos costeros turísticos de propiedad estatal expropiados por políticos y funcionarios, un vergonzoso escándalo de corrupción. 
El litigio se estancó varios años por falta de voluntad y la actitud cómplice de jueces y funcionarios del sistema de justicia. Medina escuchó el clamor social por el rescate de la propiedad estatal y creó un sólido equipo de abogados que ya obtuvo su primer éxito en primera instancia. El proceso puede ser largo y nada está seguro en el corrompido sistema judicial aún con el comprobado interés de Medina. 

Aeropuerto La Américas. Mientras algunos no resisten tentaciones y ofertas dañinas y malsanas, otros se mantienen firmes y apegados a los principios, deberes, cumplimiento y lealtad a las instituciones a las cuales pertenecen, como es el caso del reconocimiento a esos valores que acaban de recibir 248 miembros de la Armada Dominicana.

Ese reconocimiento es una demostración de que no todo está perdido en nuestro país, sobre todo cuando las instituciones están bajo la jurisdicción de personas capaces, serias y responsables como esa pléyade de oficiales que acompaña al vicealmirante Edmundo Félix Pimentel, en su gestión al frente de la Armada Dominicana.

De pláceme

Los supervisores, inspectores y personal administrativo de la Dirección General de Migración en el Aeropuerto de Las Américas y otras dependencias de esa institución, están de pláceme, luego de la salida de ese organismo del licenciado José Ricardo Taveras, debido a los supuestos abusos que se cometían durante su gestión, sin derecho a reclamar.