CANCÚN, México. Las autoridades de Quintana Roo buscan evitar a toda costa una caída en la cifra de 800,000 turistas canadienses que visitan la región, luego de la reciente explosión registrada en el hotel Princess Riviera Maya, en la que fallecieron cinco personas de esa nacionalidad.
En un intento por frenar la caída de visitantes, el gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, se reunió con el embajador de Canadá en nuestro país, Guillermo Rishchynski, para descartar que el incidente fue un atentado terrorista y para destacar que Cancún y la Riviera Maya siguen siendo un destino seguro para los visitantes de ese país.
Además, el Fideicomiso de Promoción Turística de la Riviera Maya, única entidad encargada de hacer la promoción del destino a nivel internacional, estableció comunicación con agencias mayoristas tanto de Estados Unidos como deCanadá, advirtiendo que la explosión es un hecho aislado y que Quintana Roo es un destino seguro.
El propio Embajador canadiense comentó que a pesar de la explosión, “Canadá tiene toda la confianza en las autoridades mexicanas y será un destino turístico que seguiremos visitando, pues cada año alrededor de 800,000 canadienses llegan a los centros vacacionales de Quintana Roo, más de los que viajan a Cuba o República Dominicana y estamos seguros de que esa preferencia se mantendrá”.
Cada vez llegan menos
Sin embargo, las cifras oficiales demuestran que poco a poco el turismo canadiense se está alejando de Cancún y la Riviera Maya.
De acuerdo con el barómetro turístico de la Asociación de Hoteles de Cancún (AHC), entre enero y septiembre del presente año han llegado a este destino un total de 95,303 turistas. Esto significa que los visitantes de ese país se ubican como el tercer mercado más importante para Cancún, sólo detrás de Estados Unidos y de los propios turistas mexicanos.
No obstante, los datos del barómetro turístico ilustran que entre enero y septiembre del 2009, el número de turistas fue de 97,482, es decir, 2% más de lo reportado en el presente año. Todo esto a pesar de que el año pasado fue uno de los peores para el turismo en la entidad, debido a la crisis financiera y al brote de influenza AH1N1.