Vista nocturna del monumento a Fray Antón de Montesinos.

Santo Domingo. El monumento a Fray Antón de Montesinos volvió a retomar su brillo y grandeza al ser relanzado por la Alcaldía del Distrito Nacional, atrayendo a toda clase de público, por ejemplo a mí que tenía poco más de 20 años sin visitar sus instalaciones.

Donado en el 1982 por el gobierno mexicano esta monumental pieza se convirtió desde su llegada y estratégica colocación en uno de los lugares que identifican no solo la Ciudad Colonial, también el gran Santo Domingo.

Wendy C. Mora, periodista dominicana.

Si hacemos un poco de historia nos remontamos a 1511 cuando a su llega junto con los frailes de la Orden de los Dominicos, Fray Antón de Montesinos quedó conmocionado por el atropello, abuso y vejación a que eran sometidos los taínos nativos de la isla.

Conmovido por el dolor humano sin importar religión, formación, raza o color, un domingo de adviento aprovechó la atención de las autoridades de la época para pronunciar su famoso «Sermón de Adviento», donde cuestionaba la humanidad misma, fue la primera vez que alguien fuera de estas tierra reprochó la opresión que llevó con los años al extermino de nuestros aborígenes.

Un monumento que nos recuerda que siempre habrá gente buena, hoy luego de años en el abandono, el rescate trajo consigo un relanzamiento por todo lo alto visibilizando con más fuerza un símbolo de amor, defensa y valentía.

Hoy, no sólo verás un monumento renovado, los trabajos fueron más allá, cuenta con salones para actividades culturales, una terraza con una amplia panorámica de nuestro malecón, zonas aledañas y el inmenso mar, en fin, un lugar imperdible que desde su inauguración ha atraído a cientos a conocer más de este mortal que la historia inmortalizó.

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