Santo Domingo. Para la catedrática y especialista en turismo, Terestella González, la oferta turística del país está compelida a diversificarse como única garantía de que pueda mantener su sostenibilidad en el tiempo. En tal sentido, advierte, se impone la apuesta al ecoturismo como el sendero que lleve al sector de vuelta a sus orígenes, y coloque al visitante frente a la cultura y las tradiciones de los pueblos. Para esta tarea, no hace falta inversiones en infraestructuras multimillonarias, sino el esfuerzo conjunto de las comunidades, el gobierno y el sector privado.
«La mejor infraestructura del ecoturismo son sus atractivos naturales y su comunidad. A nivel de acceso, hay que comenzar a trabajar en definir unas rutas, áreas para caminar, senderos ilustrativos para saber qué es lo que tenemos en nuestros entornos, cuál es la flora y empezar a comunicarla», dice.
Agrega que «los que estamos en turismo vendemos una experiencia, y esa experiencia es sensorial, de vida y lo que estamos buscando es ese intercambio cultural, por eso hay que regresar a eso que hace diferente a los destinos, que es su tradición y su cultura».
Terestella reconoce que la cadena de valor del turismo son sus hoteles, pero entiende que el ecoturismo no necesita de instalaciones de 300 habitaciones, sino pequeños sitios de hospedería, casas de huéspedes, posadas, restaurantes, fondas, áreas de artesanía. También necesita de los esfuerzos por traspasar los conocimientos de las manifestaciones culturales de una generación a la otra.
En estos aprestos tienen que trabajar las comunidades de la mano de fundaciones, organizaciones no gubernamentales, en una alianza por el desarrollo de los proyectos, pero también el gobierno para trabajar en la promoción de sus recursos naturales.
«El ecoturismo, para que sea sostenible, tiene que nacer de la comunidad. Tú puedes llegar con un gran plan, contratar una compañía de primera, y decir ‘estos son los planes, vamos a hacer’, pero si la comunidad no se siente que eso es de ellos, que está en poder de ellos, llegará un momento que (el proyecto) no va a continuar».
Apuesta a la combinación del apoyo social de las empresas con el deseo de una comunidad de progresar, y exhorta a buscar el balance entre lo que debe abarcar el desarrollo de una zona y la preservación de sus recursos naturales.
Terestella, colaboradora del Departamento de Estado de Estados Unidos, es consultora de turismo en países como España y ex directora de Turismo en San Juan, Puerto Rico, donde también laboró en el área de Investigación, desarrollo y turismo sostenible. Es catedrática de Turismo de la Universidad del Sagrado Corazón, y fundadora de la compañía Caribbean Round, especializada en proyectos de investigación, planificación estratégica y relaciones gubernamentales, tanto en Puerto Rico como en el Caribe.
Recientemente compartió experiencias en el país, donde se reunió con comunitarios en Padre Las Casas, Azua, y Sánchez, en Samaná, para hablar con sus pobladores sobre lo que entiende que es el ecoturismo y la identificación de fortalezas, oportunidades y retos que se deben tener en cuenta para hacer un buen desarrollo.
De ambos encuentros salió más que satisfecha, según comenta, debido al interés y conocimiento que observó en cada una de las personas que acudió a las charlas.
«Otra cosa que vi es que no es difícil llegar a ellos (a los proyectos), y tener un buen acceso vial es fundamental para cualquier destino ecoturístico, precisamente porque no tienes comunidades aisladas».
En tal sentido, les exhorta a estas y otras localidades que tengan en planes desarrollar sus proyectos ecoturísticos, a que insistan en la motivación de querer desarrollarse y de desarrollar su entorno, así como en la promoción de lo que es cada uno. «Es importante ese orgullo y motivación a crecer, a desarrollarse. Ese es el punto de partida más importante».
Terestella exhorta al país a seguir explorando y estructurando el mercado del turismo de salud.
En Puerto Rico nos piden ser como en RD
«República Dominicana ha hecho su marca, y es bastante sólida internacionalmente. En eso se ha hecho un gran trabajo, se han desarrollado buenas instalaciones turísticas, el país se ha ido moviendo y tienen un servicio, que su nivel es reconocido como excelente». Terestella cuenta que enPuerto Rico los turistas preguntan por qué el personal de allí no es como en República Dominicana, destacando lo maravilloso del servicio, asumido como una cultura a favor del visitante. Sin embargo, ante la gran competencia entre países por captar a los turistas, sugiere insistir en la diversificación de la oferta.
«Sé que aquí hay como unos 100 proyectos ecoturísticos en el país, y eso es parte de esa diversificación. RD no sólo está apostando a las grandes instalaciones hoteleras sino también a sus recursos naturales, sus tradiciones y su cultura, y ése es el camino que hay que seguir explorando, desarrollando y comunicando».