La posibilidad de que el menú ofrecido no genere o pierda el interés y, en consecuencia, las ventas deseadas, es más que probable. ✅
Para que una oferta culinaria sea considerada un placer,
«un deleite para los sentidos»
(no sólo para el gusto) es una cuestión de elección:
Ante tanta información, variadas fusiones gastronómicas y la posibilidad de consumir en casa o fuera de ella con las opciones de «to go» o «pick up», la posibilidad de que el menú ofrecido no genere o pierda interés y en consecuencia las ventas deseadas, es más que probable.
En primer lugar, la elección de qué ofrecer…
• ¿A quién va dirigida la oferta? ¿Quién es nuestro público, qué prefiere, qué le sorprenderá?
• Una oferta variada y «chispeante»:
• Que consiga intrigar, sorprender, apetecer, sugerir.
Luego, teniendo en cuenta que el éxito o la consideración de que es una oferta más dependerá de muchos factores, tendremos que pensar en la elección ideal de:
• Base de delicadeza. Producto, calidad.
• Guarniciones / Acompañamiento / Maridaje.
• Receta.
• Presentación. Emplatado, trinchado.
• El entorno, la sala, el servicio, la Atención al Cliente (En el caso de que esta oferta sea para llevar o recoger: packaging, complementos, evolución y comportamiento del producto y receta y elaboración en el traslado).
•Marketing, comercialización, comunicación, lenguaje verbal y actitudes.
•Ofertas innovadoras o clásicas y cuáles.
Y por último, pero no menos importante:
La constancia, la capacidad de reflexión, de análisis, el propósito continuo de esfuerzo y de mejora.
Por todo ello, y debido a la crisis del sector turístico y hostelero provocada principalmente por la Covid-19, mientras los clientes, que evidentemente han bajado su nivel de consumo, buscan y eligen las mejores opciones para no defraudar, las empresas se ponen las pilas y realizan sus estudios de mercado y los análisis correspondientes para mejorar su cuota de mercado y ser los elegidos.
El cambio no sólo es deseable, sino que es necesario, y también es posible estar encantado.