Las restricciones de asientos en los espacios públicos, especialmente en los espacios cerrados, pueden causar daños a los ingresos de las empresas, por ejemplo en el sector de la hostelería, que ha visto cómo las normas para limitar la propagación del coronavirus reducen el número de clientes a los que pueden atender de una sola vez. Por el momento, parece que las terrazas han llegado a permanecer durante todo el invierno, ya que el riesgo de infección disminuye en los espacios abiertos, pero esto no parece ser suficiente para un gremio duramente golpeado por la pandemia y las restricciones.
Los hoteleros de la ciudad de Nueva York (EE.UU.) parecen haber encontrado una medida que puede aliviar la situación. Tras numerosas protestas y peticiones del sector, el Ayuntamiento de la Gran Manzana, dirigido por Bill de Blasio, está procediendo a una nueva regulación que permitiría que las terrazas de los bares y restaurantes «invadieran» otros espacios, como los aparcamientos o partes de la acera frente a los locales adyacentes (siempre que el propietario esté de acuerdo).
De esta manera, estos locales de ocio podrán recuperar su capacidad a un nivel precoz y, por tanto, sus ingresos, pero cumpliendo con las medidas de distanciamiento social. Según las palabras de un portavoz del gobierno local recogidas por el periódico especializado en hostelería Diego Coquillat, hasta 10.000 restaurantes ya han dicho que participarán en esta iniciativa, alabada por muchos consumidores y que podría salvar 100.000 puestos de trabajo.