El Gobierno ha invertido buen dinero en estudios de factibilidad y diseño del Frente Marino de Pedernales, justo frente a la hermosa playa de este municipio cabecera del extremo sudoeste del territorio nacional, 307 kilómetros del Distrito Nacional. De eso hace varios años.
Se trata de una iniciativa factible aun con los apremios económicos nacionales en la actual coyuntura. No sería un gasto y rompería con el maleficio de los guetos turísticos; sin embargo, no arranca.
A años luz de los diseños faraónicos, al menor costo posible y con mínimo impacto medioambiental, contempla áreas de recreación, viviendas, plazas y restaurantes.
Además de habilitar y hermosear el lugar, la obra serviría para activar la economía en esta comunidad, que –hasta ahora- pende de los avatares del día a día para comer.
No solo eso. Con su materialización, las autoridades crearían un atractivo para los turistas; o sea, un motivo para que aquellos visitantes del complejo hotelero proyectado para Cabo Rojo (cerca de Bahía de las Águilas), se movilicen cerca 23 kilómetros, hasta el centro de la capital de la provincia para interactuar con su gente y… consumir.
La principal queja de los comerciantes del pueblo es que el grueso de visitantes nacionales y extranjeros que actualmente llega a Cabo Rojo, tras disfrutar, regresa a sus casas sin conocer a Pedernales. Real.
El Ministerio de Turismo ha retomado la iniciativa del Frente Marino (que no solo malecón o muros de cemento solitarios), y la ha actualizado.
Hace un año, cerca del mediodía del 23 de junio de 2021, durante un acto en el mismo lugar, en presencia del presidente Luis Abinader, una arquitecta de Turismo, Shaney Peña, de la Dirección de Planificación y Proyectos Turísticos del Ministerio, lo proyectó en pantalla y explicó su dimensión.
El mandatario informó allí que el Gobierno tiene asignados RD$350 millones para ejecutarlo, y anunció que trabajan con la alcaldía en el plan de ordenamiento territorial turístico de Pedernales porque buscan el desarrollo integral.
Estaban las autoridades locales, el ministro David Collado y otros funcionarios responsabilizados del proyecto de desarrollo turístico que impulsa la gestión actual desde esta provincia, con la pretensión de lograr el desarrollo integral de la región Enriquillo (Independencia, Baoruco, Barahona y Pedernales).
El 16 de agosto próximo, el presidente llega a la mitad de su cuatrienio. El 2023, es año pre-electoral. El activismo político se agitará más.
En la experiencia dominicana, muchas promesas se sueltan en banda. Más si tienen que ver con pueblos pobres, distantes y electoralmente insignificantes, como Pedernales.
Los políticos enfatizan en las provincias con mayor concentración de votantes. Y se vuelven en muy dadivosos.
Pedernales ha sido víctima de esa mala práctica.
El jueves 13 de mayo de 2016, a horas de las elecciones nacionales, el ministro en funciones de Obras Públicas, Ramón Pepín, en representación del presidente Danilo Medina, franqueado por autoridades locales y provinciales, escenificó en la playa Pedernales un espectáculo de mal gusto sin precedentes en la provincia.
Con un tractor removiendo arena, dio el primer palazo de la construcción del malecón y del desarrollo turístico definitivo del suroeste, conforme su altisonante discurso. Llovieron a raudales los aplausos de foca y, a toda garganta, los ¡Viva!
Pero no bien pasaron las elecciones en las que ganaron Medina y muchos de sus candidatos, la máquina “se esfumó” del lugar. Y el malecón, con todo y “desarrollo definitivo del sur”, se quedó en retórica.
El presidente sureño (San Juan) se olvidaba así del sur largo.
La dimensión de aquel show jamás sería igualada por la actual gestión gubernamental. Porque ya éstas han avanzado en diferentes frentes de su proyecto desarrollo turístico sostenible. Luce que lo han asumido con decisión.
Aunque a paso menor que el de tortuga, se trabaja en la carretera Oviedo-Pedernales y en el tramo Barahona-Enriquillo; una empresa privada activa en la readecuación del muelle Cabo Rojo para convertirlo en terminal de cruceros; el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados hace pinitos con las obras hidrosanitarias; y han anunciado el inicio de la construcción de los primeros hoteles para el último trimestre de este 2022.
Pero el prometido Frente Marino está enchivado en alguna gaveta, como otras infraestructuras que modernizarían a los dos municipios (Oviedo y Pedernales), lo cual afianza el temor sobre la creación de un enclave más donde apeste la pobreza.
Temor que comenzaría a despejarse con un mandato contundente del presidente Abinader y muchos hombres trabajando a lo largo del kilómetro y medio que tendrá el Frente Marino, paralelo a la costa caribeña del municipio Pedernales. Confiamos.