Me voy a sumar a la lista de medios que se han quejado por el alto volumen de pasajeros que utilizan el servicio de “sillas de ruedas” en las aerolíneas, cojoyo ¡hasta lo mucho Dios lo ve! Que indigno es ver gente aparentemente “sana” abusando de esta facilidad que brindan las líneas aéreas para las personas con alguna condición a la hora de volar.
Hace apenas unos días viaje a Miami, Estados Unidos, y para mi descontento como en otras ocasiones vi que esta mala práctica va cada día en aumento, entorpeciendo a los demás pasajeros y el flujo de entradas y salidas desde la fila del counter hasta la línea de abordaje del avión.
Es sabido que un alto porcentaje de personas que utilizan este recurso lo hacen con el simple propósito de agilizar su estadía en los aeropuertos, donde el trato es preferencial y sobre todo que a la hora de los chequeos rutinarios se hace más cómodo estar sobre una silla de ruedas donde el proceso será rápido.
Ahora bien, ¿qué es lo más indignante de esto? Que muchos señores no pueden tener acceso porque la disponibilidad de sillas por línea tiene un tope, o que el costo (diferencia) podría ser mayor buscando la manera de poner coto a la situación, cosa que no ha sido posible.
Mi recomendación es que todo el que vaya a solicitarla menor de cierta edad que lleve un certificado médico que avale el porqué del uso de silla de ruedas, por lo demás que aprendamos todos a llegar a tiempo y hacer lo que por normativa nos toca a la mayoría. Síguemos en @wendycmora