Por Wendy C. Mora/ @wendycmora
Santo Domingo. Es un tema que abordarlo me molesta por lo que implica y por el malestar que genera en muchos ciudadanos de buena fe, que por el simple hecho de saber que tendrán que lidiar con estos elementos los limita de visitar ciertas zonas.
Ya que estamos hablando de ese tema, les comento que hay lugares que evito visitar por lo odioso de encontrar un parqueo y que para postre se te apersone un individuo con el “tigueraje” y te diga: ¡son tantos! Lo que se traduce a ponerle precio a la vía publica.
Si las autoridades supieran, imagino que saben, pero se hacen de la vista gorda y no han entendido la dimensión de lo que este mal representa, haría lo necesario para erradicar de una vez por todas este flagelo que lo único que hace es espantar, amedrentar y deslucir los lugares que visitan cientos de extranjeros y dominicanos.
Uno de ellos la hermosa Zona Colonial, no sé si a ustedes les pasa lo mismo que a mí, pero tengo buen tiempo evitando el lugar por no tener que verle la cara a un tipo con sus dos buenas manos y sus dos buenos pies creyendo ser el dueño de la esquina donde pretendo aparcar, y que te exija el precio que él decide por el lugar.
No es justo que estos vividores y amantes de lo ajeno se sientan protegidos y respaldados porque simplemente nadie ha puesto la mano dura para ponerles un alto a este tipo de situaciones, lo mismo pasa en las afueras de algún concierto o evento deportivo sin imaginar lo desagradable que es tener que lidiar con estos elementos.
No podemos seguir haciendo denuncias y que no se haga nada, por eso desde esta tribuna pido a las autoridades que no solo es acondicionar los lugares públicos, es un todo y cuando se habla de un todo es poder dar garantías de seguridad a los usuarios de espacios públicos de dejar seguros sus vehículos y pertenecías.
Esta cultura del “dao´” ha hecho mucho daño a este país y a mucha gente que ha encontrado en esta práctica la manera fácil de asaltarte y no tener derecho a réplica, que pena que mantenemos a estos antisociales y que nadie absolutamente nadie hace nada.
Una complicidad que va muchas veces acompañada de autoridades que su labor está destinada a salvaguardar la integridad de los usuarios, pero que pesa más un par de pesos; he visto y vivido de todo por lo que si se quiere atraer turistas debemos también garantizar seguridad y créanme que con esta gente no tendremos avances.