PORTILLO, Samaná. Hace poco más de un año que los aviones no aterrizan en el aeropuerto de El Portillo, en Samaná. La pista fue cerrada en febrero del año pasado por un período de tres meses porque habían «hombres y equipos trabajando», según un Notam (Notice to Airman, en inglés o noticia para pilotos, en español), que publicó entonces la administración del aeródromo, único de tipo turístico en el país.
Pero en la actualidad, en el lugar no se ven ni hombres ni equipos en trabajo alguno; apenas se observan, en un extremo, muros de tierra que cruzan la pista de aterrizaje de sur a norte. Dichos muros, cubiertos de maleza, esconden unas tuberías para agua, colocadas desde hace meses, según reveló una persona cercana a la administración.
El surco, único impedimento físico para que los aviones puedan aterrizar en el aeropuerto, constituye también una retranca para el avance del turismo en Samaná, a decir de inversionistas de la zona. Dueños de restaurantes, de agencias de viajes, de rent cars, aseguran que sus negocios reciben menos clientes luego de que cerraron el aeropuerto, y abogan por su pronta apertura.
Unos de los que llevan la voz cantante en esta demanda son los miembros del Aeroclub Quisqueya de Santiago, que hacían uso constante de la pista como parte de una ruta de turismo de aviación. El aeroclub cuenta con 72 miembros y unos 14 aviones, de los que tres o cuatro aterrizaban semanalmente en El Portillo.
Afecta el turismo
Jean Pierre Oquet, presidente del club, lamenta que tras el cierre, apenas uno de ellos se mantiene viajando a esa costa del nordeste, pero que muchas veces lo hace en carro, porque le resulta más económico que llegar en su aeronave al aeropuerto internacional Profesor Juan Bosch, ubicado en El Catey, a unos 20 kilómetros de Las Terrenas.
«Cuando tú llegas a El Catey no te puedes mover, lo mismo que al aeropuerto de Arroyo Barril, a menos que alguien te esté esperando… pero en El Portillo teníamos todo coordinado y uno puede caminar hasta la playa, darse un baño y buscar donde comer», sostiene.
Menciona también los trámites de seguridad que son más rigurosos en ambos aeropuertos, así como las tasas por su uso, pues en El Catey y Arroyo Barril, regenteados por Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI (Aerodom), llegar y guardar una aeronave cuesta entre US$15 a US$20, mientras que en El Portillo sólo pagaban unos US$3.
Se suma a ello, el hecho de que con la nueva autopista del Nordeste, inaugurada en el 2009 por el expresidente Leonel Fernández, aunque se acorta el tiempo para llegar a Las Terrenas a unos 20 minutos en carro, se cobra RD$984 en peaje de ida y vuelta. «La verdad es que se ha perdido todo el encanto para nosotros», dice Oquet.
Tratando de forzar una solución a la situación actual, el Aeroclub ha enviado cartas al Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), en las que expone, entre otras cosas, el contraste que hace el cierre del aeropuerto a los planes de expansión del turismo nacional que tiene el gobierno de Danilo Medina.
Señala, además, las ventajas de esa pista de aterrizaje como vía de comunicación estratégica en caso de desastres naturales, traslado de pacientes, así como para el desarrollo turístico en general, ya que el aeropuerto ha sido uno de los atractivos para muchas de las inversiones que se realizan en la zona.
El cónsul honorario de Francia en Samaná, Gerard Prystasz, que también tiene inversiones en Las Terrenas, es otro de que los que piensa que, si bien el aeropuerto no es indispensable, su cierre afecta la actividad turística de Samaná.
El diplomático ve en esa pista un estímulo para atraer nuevos clientes, debido a la cercanía que tiene con el pueblo y las zonas de interés turístico.
Turismo no cree se afecte actividad turística
Sin embargo, el director regional de Turismo en Samaná, Ángel Castillo, no cree que la actividad turística se haya afectado, y se cuestiona «qué tan importante» puede ser El Portillo, cuando existen otros dos aeropuertos cercanos.
«Es que no es lo mismo. Son cosas diferentes. El otro (el de El Catey) es más internacional y el de El Portillo, es más un aeroclub. Yo tengo muchos clientes que tienen su propio avión, de Santiago, la Capital, que quieren llegar a Las Terrenas, y para nosotros de verdad que esa es una pieza económica y turística», sostiene el cónsul. Estima en más de 500 los empresarios franceses con inversiones en la zona.
La comunidad francesa es la más numerosa entre los extranjeros en Samaná, con una población que se calcula en 2,500 personas, según Prystasz.
Otra diferencia entre los referidos aeropuertos la menciona Adrián Alonso, encargado del rent -a- car Zil Caribbean, que echa de menos a la gente que llegaban desde Punta Cana a visitar Las Terrenas y que se instalaban allí hasta por una semana.
«El aeropuerto de El Catey tiene menos referencia que el de El Portillo, a donde vienen directamente. Allá (en El Catey) no aterrizan, pues tendrían que pagar el mismo pasaje hasta aquí, además deben pagar peaje y taxis», afirma.
Coincidencia
En términos similares se expresa Gabriele Imbalzano, agente de Viajes de Bahía Tours, en Las Terrenas. “Nosotros teníamos clientes que usaban ese aeropuerto, pues le era muy cómodo tomar una avioneta para llegar a Las Américas (al aeropuerto). Ahora no se vende casi nada de avioneta». Sostiene que anteriormente tenían de cinco a 10 reservas semanales de avionetas, principalmente de españoles y franceses, pero que ahora ya no las hacen.
Entre los que han elevado voces a favor de que se reabra el aeropuerto está también Andrew Rowan Dilworth Aristy, un piloto norteamericano que visita con frecuencia el país, y que en una carta dirigida al IDAC el 5 de marzo pasado, le expone sobre la conveniencia de aterrizar en El Portillo, frente a los aeropuertos de Arroyo Barril o de El Catey.
En su carta expresa que el aeropuerto de El Portillo, tiene mejor ubicación y es de más rápido acceso a Samaná que los otros dos. La misiva dice también que el cierre de ese aeropuerto constituye una desmotivación para los dueños de aeronaves privadas que visitan laRepública Dominicana.
Sin planes a la vista
En busca de una respuesta oficial de los planes para el aeropuerto, se hizo intento de comunicación con Ramón Prieto, antiguo propietario del aeropuerto, quien, a través de su asistente declinó referirse al tema y remitió la pregunta al nuevo dueño, Ramón Ernesto Morales, en cuya oficina, en Ozama Motor, quedaron de enviar una respuesta, que aún no llega.
Mientras, en el Departamento Aeroportuario, aseguran que están tratando de buscar una solución, ante rumores de que quizás los dueños quieran destinar esas instalaciones a otros usos.
Aeroportuaria ha sostenido reuniones con el IDAC en busca de «una vía» que permita que la pista pueda seguir operando, conscientes de que el aeródromo es una opción importante dentro de la aviación nacional, según destacaron a través del Departamento de Comunicaciones.
En el IDAC, por su lado, se informó que la decisión del cierre del aeropuerto es exclusiva de su propietario, y que cualquier intervención que puedan hacer, tiene que ser a solicitud de la firma privada que lo opera.
La entidad aclara que no tienen objeción alguna a que la pista funcione, pero que, previo a su apertura, los técnicos del IDAC como los del Departamento Aeroportuario, deben hacer las inspecciones correspondientes, para determinar si está apta o no para uso.
Llegada de pasajeros
Entre enero y agosto del año pasado llegaron a Samaná 44,000 pasajeros vía aérea, por el aeropuerto de El Catey, según informes preliminares que maneja el director Provincial Ángel Castillo. Cifras del Banco Central indican que a ese destino arribaron 60,666 pasajeros en el 2010, y 51,889 en el 2009. Fuente: Diario Libre/ Reportaje de Tania Molina.
