Por: Wendy C. Mora/@wendycmora
Santo Domingo. Ha sido reconfortante el artículo que coloca a la República Dominicana como país destino a la hora de jubilarse, creo que tenemos muchos años siendo el preferido, sobre todo de los dominicanos ausentes que a la hora de su retiro no piensan más que en volver a tener una “casita” en su lugar de origen.
Pero más que un deseo inherente del dominicano que no bien se va ya está planeando la forma de volver, este deseo se ha extrapolado a otros ciudadanos del mundo que eligen este destino para tener su residencia o estadía a largo plazo para su vejez.
Creo que tiene sentido cuando lo vemos como un todo y es que el país es experto en crear facilidades a los extranjeros para que se sientan bienvenidos, además, súmele que nuestra ubicación y clima nos colocan como un punto sumamente neurálgico y céntrico para cualquier movida hacia otro país, continente o región.
Hoy por hoy contamos con servicios de primera línea porque si algo tiene el dominicano es que somos comparones y no nos dejamos avasallar ni por temas tecnológicos, vehicular o de infraestructura, contamos con una nación cosmopolita en la que convergen la buena tecnología y que decir de nuestro parque vehicular, si algo tenemos en este paisito es vehículos modernos y de alta gama, aquí no nos rompen el ojo fácilmente porque los peloteros y ahora los artistas urbanos se han encargado de mantenernos a la vanguardia en ese aspecto.
Pero si hablamos de las grandes casas, villas o apartamentos tienen que sacarnos nuestro plato aparte porque el buen gusto impera en las edificaciones modernas, suntuosas, pero por demás bien hechas. Aquí se ha normalizado el concepto todo incluido y en el paquete puedes encontrar grandes planes que acomodan muy bien a los que decidan tener a República Dominicana como país para su retiro.
Y por encima de todo lo expuesto anteriormente, lo más importante es que este ranking nos posiciona muy bien como destino dando aires de seguridad, confort y tranquilidad a quienes están pensando donde invertir a la hora de pensionarse y pasar los mejores años de su vida en un lugar paradisíaco.