Santo Domingo. El pasado viernes tuve el privilegio de participar en Santiago en la cena del Festival del Cigarro que organiza Procigar, asociación que reúne a los principales productores de cigarros del país. De las palabras pronunciadas para iniciar el encuentro, quiero rescatar los siguientes párrafos: “Cuando Cristóbal Colon llegó a esta isla escribió en su diario que eran las tierras más bellas que sus ojos habían visto. También describió la forma amistosa como fue recibido por sus habitantes.
Cinco siglos después, nuestras tierras siguen siendo bellas y sus pobladores actuales, resultado de la más amplia y diversa mezcla del mundo, continúan recibiendo a todos con alegría y hospitalidad. El festival Procigar ya es una tradición, donde ustedes cada año, nos enriquecen con su presencia y amistad.
En nuestra tradición precolombina los habitantes de estas tierras quemaban hojas secas de tabaco para, a través del humo, comunicarse con sus dioses, para pedirles paz y prosperidad. En este momento les pido que rescatemos esa tradición y fumemos nuestros cigarros dominicanos para crear una niebla de paz y enviar un mensaje de tolerancia, amor y amistad al mundo”.
Las pronunció Hendrik Kelner, presidente de Procigar, y su corta charla vincula al cigarro con nuestra historia y con características esenciales del dominicano; y lo hizo desde un escenario apoyado por algunas de las marcas de cigarros más famosas del mundo que producen manos dominicanas. Al festival asistieron más de 300 invitados internacionales que pudieron conocer y disfrutar del proceso de la fabricación de las marcas más famosas del mundo, como Partagas, H. Upmann, Macanudo, Zino, León Jimenes, Romeo y Julieta, Fonseca, Avo, Juan Clemente, La Aurora, Fuente Opus X, Hemingways, Griffin’s, Montecristo, El Crédito, Don Diego y Davidoff.
La prédica antitabaco es creciente y ha impactado el consumo, pero al mismo tiempo que esto ocurre, se ha expandido a nivel mundial la fama de los cigarros dominicanos, que son hoy al igual que el ron y la cerveza dominicanos excelentes herramientas de promoción del país y de su oferta turística. Se puede predicar contra el consumo de ron y cigarros, pero nadie puede negar que estos son productos parte de la cultura caribeña.
Esta visión promocional de Procigar, manejando el cigarro como un ingrediente cultural es muy positiva para el negocio, pero mucho más para la imagen de República Dominicana como destino turístico. Nos falta abordar el ron con una estrategia similar. Esta no es una bebida más. Es para nuestra cultura lo que el vino para los franceses. El ron es esencialmente un producto cultural caribeño y dominicano. Ojalá llegue pronto el día en que hagamos por el ron lo que Procigar hace por los cigarros.