A las autoridades dominicanas corresponde realizar una evaluación a la recién falsa alarma de colocación de una bomba en un avión de la aerolínea Jetairfly procedente de Bruselas, por parte de un menor de 10 años, que paralizo las actividades del Aeropuerto Internacional de Las Américas el martes 27 de mayo. Este hecho se puede definir como complejo y está sujeto de análisis para el país y sobre todo para la aviación internacional ya que Republica Dominicana posee acuerdos bilaterales.
Esta broma descabellada, puso en vilo a todo el aeropuerto y al país, quizás quienes desconocen del modus vivendi de una terminal ni se imagina el movimiento que significa tanto nacional e internacional. De acuerdo a las autoridades del AILA causó pérdida entre los 600.000 y el millón de dólares, debido al amplio operativo montado alrededor del aparato y si de ser verdad hubiese sido lo peor.
Desde el momento mismo en que se detectó, la llamada en las primeras horas de la tarde del martes y que fue interceptada por organismos de seguridad del Estado dominicano, se inicia la activación del Comité de Emergencia que está bajo la responsabilidad del Cuerpo Especializado en Seguridad de la Aviación Civil (CESAC) que es además regulado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y el propio plan de contingencia que tiene la terminal para caso de emergencias. No se actúa a lo loco.
Existe un Manual de seguridad para la protección de la aviación civil contra los actos de interferencia ilícita. Y Manejo de crisis y respuesta. En caso de que una aeronave sea objeto de un acto de interferencia ilícita, cada Estado contratante encargado de prestarle servicios de tránsito aéreo recogerá y compilará toda la información pertinente relativa al vuelo de dicha aeronave y la transmitirá a los otros Estados responsables de las dependencias de servicios de tránsito aéreo.
Estos son los primeros movimientos internos. Es de decir la observación comienza desde la persona que recibió la llamada, su actuación, porque existe un mecanismo que incluyen elementos primordiales para determinar la veracidad de este tipo de hecho ilícito como se denomina en la aviación. Y la tensión que prosigue a esto es inmensa. La preparación de la terminal, tanto la planta física, equipos técnicos y los recursos humanos. El aeropuerto estuvo cerrado por más de seis horas y esto causó el retraso de decenas de vuelos, mientras que los que estaban programados a aterrizar tuvieron que hacerlo en el aeropuerto de La Romana.
El vuelo 205 de la aerolínea Jetairfly, desviado a Santo Domingo tras el aviso, se quedara en los archivos de registros de amenazas de vuelo que acumulan las autoridades dominicanas y las internacionales que casos como este son llevadas a eventos de esas índoles en el exterior para fines de discusión.
Este ejercicio que lamentablemente queda después de esta experiencia propia del sector también estará en la mente de los pasajeros evacuados porque tuvieron que ser sometidos a revisión y el todo el que estuvo involucrado expectante. Al final la mejor noticia fue hasta que las autoridades determinaron que no había en el avión ningún aparato explosivo. Hasta pronto.