En las fiestas navideñas inevitablemente se cometen excesos que con la vuelta a la normalidad intentamos corregir llevando un régimen alimenticio algo más estricto. Pero de nada sirve moderarse con la comida para no engordar y no hacerlo con las bebidas alcohólicas, que pueden engordar tanto o más que un alimento.
Algunas bebidas engordan tanto por su contenido alcohólico como por sus azúcares, sobre todo los licores dulces o los combinados, debido a los refrescos. Esta ingesta puede llegar a suponer que consumamos cerca del 20% del aporte energético diario recomendado en forma de alcohol.
Por ello, lo ideal es acompañar las comidas con agua o bebidas no alcohólicas, aunque el componente festivo de la Navidad nos señale lo contrario, y tener presente que, además de las consecuencias por un consumo excesivo, un gramo de alcohol aporta 7 kilocalorías.
Para ayudar en este propósito, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado un cuadro que recoge las kilocalorías, la energía que aporta la ingesta de una unidad de cada una de las bebidas alcohólicas más habituales.
Cerveza: 80 (kcal/unidad)
Sidra: 56 (kcal/unidad)
Cava brut: 93 (kcal/unidad)
Vino tinto: 97 (kcal/unidad)
Vino blanco semiseco: 104 (kcal/unidad)
Vino generoso (fino): 44 (kcal/unidad)
Licor de frutas: 135 (kcal/unidad)
Ron/whisky sólo: 140 (kcal/unidad)
Combinado (ron + refresco): 220 (kcal/unidad)